Durante su segundo año de vida el niño se vuelve más inquieto y su comportamiento resulta imprevisible. Pasa de la tranquilidad y la docilidad a las travesuras y las pataletas.
Por eso se habla de los "terribles dos años". En realidad el niño está en plena búsqueda de independencia y autoafirmación.
A esta edad el niño es egocéntrico y posesivo y tiene una idea muy limitada de lo que está bien y lo que está mal. No se comporta mal deliberadamente, sino que actúa según sus impulsos.
Durante esta etapa está empezando a reafirmar su personalidad. Mediante su comportamiento desafiante busca la conformidad o el rechazo a sus actos.
Este es el momento ideal para establecer algunas normas básicas de conducta que le enseñen a distinguir lo que está bien de lo que está mal. A partir de los 18 meses la palabra favorita del niño es "no".
Con su comportamiento rebelde el niño está retando a los padres para saber hasta donde puede llegar. Si se le aleja del enchufe, el niño vuelve a acercarse, ignorando el aviso.
Algunas veces, en este tira y afloja, llega incluso a rechazar las cosas que siempre le han gustado.
Estas son las ocasiones en las que es necesario adoptar normas claras y sencillas para mostrarle que tipos de comportamiento son aceptables y cuáles no lo son.
Durante su segundo año de vida el niño se vuelve más inquieto y su comportamiento resulta imprevisible. Pasa de la tranquilidad y la docilidad a las travesuras y las pataletas.
Por eso se habla de los "terribles dos años". En realidad el niño está en plena búsqueda de independencia y autoafirmación.
A esta edad el niño es egocéntrico y posesivo y tiene una idea muy limitada de lo que está bien y lo que está mal. No se comporta mal deliberadamente, sino que actúa según sus impulsos.
Durante esta etapa está empezando a reafirmar su personalidad. Mediante su comportamiento desafiante busca la conformidad o el rechazo a sus actos.
Este es el momento ideal para establecer algunas normas básicas de conducta que le enseñen a distinguir lo que está bien de lo que está mal. A partir de los 18 meses la palabra favorita del niño es "no".
Con su comportamiento rebelde el niño está retando a los padres para saber hasta donde puede llegar. Si se le aleja del enchufe, el niño vuelve a acercarse, ignorando el aviso.
Algunas veces, en este tira y afloja, llega incluso a rechazar las cosas que siempre le han gustado.
Estas son las ocasiones en las que es necesario adoptar normas claras y sencillas para mostrarle que tipos de comportamiento son aceptables y cuáles no lo son.
Durante su segundo año de vida el niño se vuelve más inquieto y su comportamiento resulta imprevisible. Pasa de la tranquilidad y la docilidad a las travesuras y las pataletas.
Por eso se habla de los "terribles dos años". En realidad el niño está en plena búsqueda de independencia y autoafirmación.
A esta edad el niño es egocéntrico y posesivo y tiene una idea muy limitada de lo que está bien y lo que está mal. No se comporta mal deliberadamente, sino que actúa según sus impulsos.
Durante esta etapa está empezando a reafirmar su personalidad. Mediante su comportamiento desafiante busca la conformidad o el rechazo a sus actos.
Este es el momento ideal para establecer algunas normas básicas de conducta que le enseñen a distinguir lo que está bien de lo que está mal. A partir de los 18 meses la palabra favorita del niño es "no".
Con su comportamiento rebelde el niño está retando a los padres para saber hasta donde puede llegar. Si se le aleja del enchufe, el niño vuelve a acercarse, ignorando el aviso.
Algunas veces, en este tira y afloja, llega incluso a rechazar las cosas que siempre le han gustado.
Estas son las ocasiones en las que es necesario adoptar normas claras y sencillas para mostrarle que tipos de comportamiento son aceptables y cuáles no lo son.